El reciclaje de los frigoríficos viejos es un tema de
preocupación desde el punto de vista ecológico: originalmente la atención se
centró en el hecho de que el fluido refrigerante freón (empleado para la
congelación) dañaba la capa de ozono de la atmósfera en caso de fuga, ya que
está compuesto por clorofluorocarbonos o CFC, que dañan la capa de ozono cuando
llegan a la alta atmósfera. La historia del uso industrial de los freones se
extiende desde 1874 hasta enero de 1987, cuando el Protocolo de Montreal
prohibió el uso de los CFC en frigoríficos.
Los frigoríficos modernos, en lugar de freón emplean un
refrigerante llamado HFC-134a 1,2,2,2-tetrafluoroetano, que no descompone el ozono
pero que es un Gas de Efecto Invernadero regulado por el Protocolo de Kyoto.
En cuanto al resto de los componentes, metales o plásticos,
es natural reutizarlos para fabricar otros aparatos como en cualquier otro electrodoméstico,
por ejemplo una lavavajillas viejo.
Antes de reciclar su frigorífico asegúrese de que no se
puede reparar, llamando a alguna empresa de reparaciones.
En México el Gobierno Federal ha creado el programa “Cambia
tu viejo por uno nuevo”. Este programa consiste en ofrecerle a las familias
cambiar un frigorífico viejo por uno nuevo. Los frigoríficos viejos son
reciclados para recuperar sus componentes como el gas refrigerante, cobre,
vidrio, acero, entre otros, además de ahorrar energía, esto logrado a los
sistemas presentes en todos los refrigeradores ofertados en el programa.
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