El término nevera proviene del uso de un armario de
madera y asilado, generalmente, con corcho, en este se introducía nieve
procedente de pozos subterráneos de nieve con el fin de mantener fríos algunos alimentos. El procedimiento que se
empleaba para llenar los pozos habitualmente era ir a la sierra con mulas para recolectar
nieve y llevarla a los pozos de nieve, usándolo cómo almacén, para que posteriormente fuera empleada en los meses de más calor en las nombradas neveras.
En resumen, el término nevera se le daba al armario que contenía la nieve.
En la actualidad seguimos empleando este término aunque no se use nieve para refrigerar en los frigoríficos.
El término frigorífico es más adecuado para denominar este equipo en
la actualidad, procedente de ''fabricación de frío''. También se le puede llamar refrigerador, nevera, refrigeradora o incluso heladera.
Si tenemos uno de estos frigoríficos no aconsejo reciclarlo, pues es un buen recuerdo de esta bonita historia, unos aparatos sin nada de tecnología pero con mucho ingenio.
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